Un accidente cerebrovascular es una lesión grave y devastadora que se produce cuando una arteria o vena queda obstruida por un coágulo o cuando se rompe un vaso sanguíneo y derrama sangre en todo el cerebro. La falta de oxígeno y nutrientes provoca la muerte del tejido cerebral. Un accidente cerebrovascular provoca los siguientes síntomas que son fáciles de reconocer y que pueden ser, entre otros:
- Adormecimiento o pérdida repentina de la fuerza en un lado del cuerpo
- Confusión
- Incapacidad de hablar o comprender lo que le dicen
- Incapacidad de ver
- Dificultad para caminar
- Cefalea intensa
- Mareos
¿Existen distintos tipos de accidentes cerebrovasculares?
Existen dos tipos de accidentes cerebrovasculares. Un accidente cerebrovascular isquémico se produce cuando se obstruye un vaso sanguíneo que irriga sangre al cerebro. Algunas veces, también se lo llama «ataque cerebral». El segundo tipo es el accidente cerebrovascular hemorrágico, que se produce cuando se rompe un vaso sanguíneo del cerebro y derrama sangre alrededor o dentro del cerebro. Si el accidente cerebrovascular no se detecta, puede provocar lesiones graves. Puede tenerse motivo suficiente para iniciar una demanda por negligencia médica si su médico no diagnostica los síntomas de un accidente cerebrovascular. Es necesario demostrar que el accidente cerebrovascular podría haberse evitado si se lo hubiera identificado. Otra alternativa, podría ser demostrar que el accidente cerebrovascular se produjo verdaderamente pero que el médico no lo diagnosticó.
Si no se diagnostica y trata de forma oportuna, el accidente cerebrovascular puede provocar consecuencias devastadoras que incluyen la necesidad de realizar terapia física, cognitiva y a menudo, provoca una lesión permanente. En Abogados de Philly, comprendemos las penurias económicas y emocionales que usted y su familia tendrán que padecer y podemos ayudarlos a que los médicos y hospitales asuman responsabilidad por sus acciones.
Pruebas para diagnosticar un accidente cerebrovascular
El tratamiento del accidente cerebrovascular variará en función de la afección médica del paciente. Otras afecciones, tales como la hipertensión, la fibrilación auricular, la diabetes y muchas otras enfermedades, pueden interferir con el tratamiento. Los pasos a seguir para tratar un accidente cerebrovascular isquémico mientras se encuentra en curso requieren que el médico intente disolver el coágulo que ha obstruido el vaso sanguíneo. Si se demora el tratamiento, la lesión empeora.
Hay varios tipos de pruebas que pueden realizarse para evaluar un accidente cerebrovascular.
- Lo más sencillo es un examen físico que realiza el médico. Su médico le pedirá información acerca de los síntomas, de los medicamentos que toma y si ha sufrido un traumatismo craneal recientemente. También le preguntará si tiene antecedentes familiares de accidentes cerebrovasculares o cardiopatías. Se le tomará la presión arterial y se le examinarán los ojos en busca de señales de coágulos.
- También puede realizarse una tomografía computarizada especial que consiste en inyectarle un medio de contraste en la vena. Una radiografía brinda una imagen tridimensional de los vasos sanguíneos del cuello y el cerebro. Si tiene un aneurisma o una malformación arteriovenosa, su médico también podría detectarlos.
- Se le realizarán análisis de sangre que le informarán a su médico si hay algún desbalance de los electrolitos de la sangre y si su nivel de glucemia es incorrecto. Un análisis de sangre también puede determinar la rapidez de coagulación de la sangre.
- Ecografía de la carótida. Esta utiliza una varilla alargada para transmitir ondas sonoras de alta frecuencia a través del cuello y revelar coágulos o estrechamientos de las arterias carótidas.
- En el caso de un accidente cerebrovascular isquémico, una imagen por resonancia magnética revelará si este ha dañado alguna célula cerebral. Una angiografía por resonancia magnética también utiliza un medio de contraste para examinar las arterias del cerebro y el cuello.
- Durante la arteriografía, se coloca un catéter estrecho en una arteria mediante una incisión realizada en la ingle. El médico inyectará un medio de contraste para observar el estado de las arterias.
Tratamiento de los accidentes cerebrovasculares
La rapidez es absolutamente fundamental al tratar un accidente cerebrovascular isquémico porque debe restaurarse el flujo sanguíneo al cerebro. Dentro de las cuatro o cinco horas posteriores, deben administrarse fármacos anticoagulantes. Sus posibilidades de recuperación son mucho más altas si lo tratan rápidamente. El tratamiento inmediato también disminuye la gravedad de las complicaciones de un accidente cerebrovascular. Si los medicamentos no surten efecto, el coágulo puede extirparse de forma quirúrgica.
A fin de tratar los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos, se necesita controlar la hemorragia y disminuir la presión cerebral. Generalmente, esto se lleva a cabo al colocar un clip en la arteria, por debajo de la ruptura, para detener la hemorragia. Asimismo, puede colocarse un espiral en el vaso sanguíneo para formar un coágulo que detenga la hemorragia.
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