Entre 2013 y 2018, ningún paciente de un antiguo quiropráctico de la ciudad de Nueva York podía sospechar que el médico había armado una estafa de accidentes de resbalón y caída que le permitiría ganar casi USD 31 millones en reclamos de seguro. Pero todo eso sucedió, y el médico fue arrestado en abril de 2018.
La estafa siguió creciendo: ahora había cuatro imputados principales y una lista larguísima de pacientes falsos. En muchos casos, los pacientes recibían una compensación fija y un porcentaje del acuerdo si aceptaban someterse a una cirugía falsa para agravar sus lesiones. Este caso demuestra hasta dónde pueden llegar los estafadores, así como lo difícil que es que se salgan con la suya.
Pasa en todas partes
Entre 2010 y 2011, la ciudad de Filadelfia tuvo la tasa más alta de demandas de resbalón y caída cuestionables del país. Durante ese tiempo, el índice de posibles demandas fraudulentas en el país aumentó un 12 %, y esa cifra sigue aumentando hasta el día de hoy.
Este tipo de fraudes les cuesta a las aseguradoras miles de millones de dólares cada año; esos gastos, las aseguradoras se lo cobran a los usuarios. Siempre se le recomienda al público que reporte posibles casos de fraude para ayudar a reducir el precio de las primas de los seguros.
¿Cómo funciona el fraude?
Para el tipo más común de fraude, los criminales suelen elegir tiendas más pequeñas que no tienen un buen sistema de videovigilancia. La víctima entra a la tienda y pretende haber sufrido una lesión. Como no hay cámaras en el lugar, el dueño del local se ve obligado a aceptar un reclamo de seguro.
Una semana después, la víctima vuelve y le informa al dueño que las cuentas en realidad habían sido más altas de lo esperado (suelen dar una cifra elevada, como USD 2000 o más) y que, por lo tanto, tendrá que presentar una demanda de lesión personal. En algunos casos, el dueño no tiene elección y debe negociar con las aseguradoras. Casi siempre, la víctima acepta un acuerdo antes de llegar a corte para finalizar todo.
Si el dueño tiene suficientes recursos, pueden pagar los daños y evitarse cualquier problema con la aseguradora. A cambio de eso, la víctima firma un documento donde acepta no demandar ni hacer reclamos de seguro al dueño. Como se puede ver, al final, ya sea el dueño o la aseguradora, alguien termina pagando.
Protéjase contra fraude
Proteger su negocio contra fraude no solo es bueno para su negocio, sino también para las víctimas reales de accidentes de resbalón y caída porque puede ayudarlos a probar su caso. La mejor forma de proteger su negocio es asegurándose de que cada metro cuadrado, ya sea en ambientes privados o públicos (exceptuando los baños, por supuesto), esté siendo filmado por una cámara. También se le puede pedir a cada víctima de un accidente de resbalón y caída que llene un exhaustivo cuestionario para recopilar información y poder investigar los hechos.
Un buen sistema de seguridad puede ofrecerle seguridad a usted contra víctimas, así como a las víctimas de accidentes reales. Algunos estafadores menos experimentados podrían dudar ante la posibilidad de completar un formulario.
Sabemos que el fraude de seguro es un problema muy grave en el área de las lesiones personales y, además, los accidentes de resbalón y caída suelen ser el tipo de accidente más seleccionado. Los negocios deben protegerse contra el fraude, y el público necesita empezar a cooperar reportando cualquier posible fraude.